Cecilia de Roma, que hoy conocemos como Santa Cecilia, fue una noble romana que se convirtió al cristianismo, hecho por lo que fue martirizada. Vivió en una fecha comprendida entre los años 180 y 230. Murió un 22 de noviembre, día en el que conmemoramos su festividad.
No es sólo patrona de los músicos, sino también de poetas y ciegos, así como de diversas ciudades como Albi en Francia, Ómaha en Estados Unidos y Mar de Plata en Argentina.
Sus atributos son el órgano, el laúd y las rosas. Fue canonizada en 1594 por el papa Gregorio XIII.
No hay dudas sobre su existencia histórica, pero su martirio relatado en el Martyrologium hieronymianum no podemos sostenerlo a ciencia cierta. Este martirio se incluye tardíamente en el libro, con lo que pierde autenticidad y consistencia histórica.
En él se nos relata que Cecilia era hija de una familia romana de alta estirpe, que abrazó desde muy joven el cristianismo y que consagró a Dios su virginidad. A pesar de esto, su familia la prometió en matrimonio con Valeriano.
Tras la celebración de las nupcias, Cecilia dijo a Valeriano que su virginidad pertenecía a Dios y que un ángel guardaba su cuerpo. Valeriano pidió así ver al ángel, y Cecilia lo mandó al tercer miliario de la Vía Appia, donde se encontró con el Papa Urbano I, quien lo convirtió al cristianismo y lo bautizó. Así, Valeriano prometió respetar la pureza de Cecilia.
Un hermano de Valeriano, Tiburcio, será también convertido al cristianismo y bautizando, dedicando ambos su vida a las buenas obras. El prefecto de Roma al tener constancia de esto, los denunció. Tras su juicio fueron condenados a muerte, siendo decapitados.
Cecilia los sepultó y seguidamente repartió los bienes de su marido entre los pobres. Tras esto fue arrestada y condenada a morir asfixiada con los gases de una caldera. Milagrosamente se cuenta que lejos de morir, se puso a cantar. Esto provocó que mandara ser decapitada.
Antes de su muerte, pidió al Papa Urbano que convirtiera su casa en un templo.
Así, Santa Cecilia funda una iglesia y vemos como en el año 545 ya existía un templo en Roma dedicado a ella, lo que prueba que esta mártir cristiana ya era venerada durante el siglo IV.
Distintos grabados y pinturas relacionan a Santa Cecilia con instrumentos como el piano o el órgano. Pero obviamente nadie pudo haberla visto tocando alguno de ellos, pues estos instrumentos no existían en su época. Mientras que el órgano llegó a Roma en el siglo VII, el piano se inventó en el 1700.
En Bailén, contamos con una imagen de Santa Cecilia, que pertenece a la Asociación Unión Musical Bailenense.
Es una talla con canastilla, realizada en madera de cerezo, del imaginero y escultor José Miguel Tirao Carpio, oriundo de Torredonjimeno (Jaén). La imagen fue realizada en el año 2001 y fue donada por la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Bailén a esta banda de música.
La imagen, bendecida el 22 de Noviembre de 2001 por el párroco Rafael Martínez Díaz en la Parroquia de San José Obrero, ha procesionado en varias ocasiones por las calles de Bailén.
Es un motivo de orgullo para esta Asociación, pues se trata de la imagen de la Patrona de los Músicos y de la única talla de Santa Cecilia que existe actualmente en esta localidad.
Cada 22 de Noviembre esta banda de música celebra su festividad con varios actos como un Concierto en su honor, cenas de convivencia, premios a sus músicos, partidos de fútbol que promueven el compañerismo, etc.
La belleza de esta imagen puede asimismo ser contemplada cada año en el Concierto que realiza esta Asociación, donde se expone al público, luciendo ropajes realizados por María Pilar Choza García. Así mismo, desde 2013 lleva en su cabeza una aureola de oro repujado, que le ha regalado la propia Asociación.